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Cómo fue que un beneficiario de DACA consiguió su primer papel protagónico en una película

Ezekiel Pacheco y Sadie Stanley en el set de “At The Gates”.
Ezekiel Pacheco y Sadie Stanley en el set de “At The Gates”. (Beacon Pictures)

Beneficiario de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y de origen humilde, la historia de Pacheco se parece mucho a la de Nico, su personaje en “A las puertas”.

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La mayoría de los fines de semana se puede encontrar a Ezequiel Pacheco trabajando en JK Snack Shop, en Watts. Sus padres, Ezequiel Pacheco y Verónica Morales, pusieron en marcha este pequeño negocio, que sirve desde “biónicos” hasta comida caliente, luego de años de trabajar como paleteros en las calles de Los Ángeles.

Pero en las dos últimas semanas, Pacheco, de 26 años, ha estado ocupado con un proyecto que le apasiona: promocionando el thriller “A las puertas”, la ópera prima del guionista y director Augustus Bernstein, donde protagoniza un papel bilingüe como un joven inmigrante indocumentado que se esconde del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas junto con su madre que trabaja como empleada doméstica dentro de la casa de sus adinerados empleadores blancos.

“He pasado de vender helados a cocinar pollo con mi familia -y sigo trabajando con ellos hoy en día- a ahora hacer películas y ser protagonista”, dijo Pacheco durante una reciente entrevista en vídeo desde Nueva York, donde se encontraba para el estreno en salas de la película.

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Beneficiario de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y de origen humilde, la historia de Pacheco se parece mucho a la de Nico, su personaje en “A las puertas”. Nacido en Ayutla de los Libres, un pueblo del estado mexicano de Guerrero, Pacheco fue traído a EE.UU. a la edad de 1 año. Como sólo conocía Watts como su hogar, enterarse de su condición de indocumentado le conmocionó de niño.

“Mis padres me dijeron: ‘Tú no naciste en Estados Unidos. Naciste en Guerrero’. Yo les dije: ‘¿De qué están hablando?’ Les pregunté: ‘Entonces, ¿cuándo podemos ir a ver mi casa?’ Me dijeron: ‘No puedes, no tienes papeles’”, recordó. “Pensé: ‘¿Qué significa eso?’”.

La familia perdió su casa por dificultades económicas cuando Pacheco estaba en séptimo año. Durante mucho tiempo, admite, avergonzarse de su situación le afectó profundamente.

“Ser pobre me hizo sentir muy inseguro mientras crecía, pero ahora tengo una historia que contar”, dijo Pacheco, que finalmente encontró su confianza jugando al futbol. “Era el más pequeño del equipo, pero siempre fui el perro más grande. No dejé que ninguna adversidad me rompiera el corazón”.

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Al crecer, Pacheco no tenía intención de convertirse en actor. La interpretación le encontró a los 19 años a través de un anuncio de AGB Studios, una academia de interpretación con sede en Glendale, que sus padres oyeron en la radio. Primero inscribieron a su hermano pequeño, Kenny, ya que Pacheco se había quedado fuera del programa. Pero finalmente el director de la escuela hizo una excepción y le admitió.

Ese giro del destino, entre otros en su corta carrera, le convenció de que la interpretación es su vocación.

“Dios ha caminado conmigo a todas partes. Voy a seguir caminando con él hasta la cima”, dijo. “Actuar me resultó muy fácil porque después de tantos traumas, esto me parece uno de los mayores privilegios del mundo”.

Con el tiempo, y tras varios programas de entrenamiento, Pacheco consiguió un trabajo actuando en escenas del Sundance Directors Lab, el programa anual que el Instituto Sundance celebra en Utah para que los cineastas emergentes perfeccionen su oficio. Para llegar hasta allí, cogió el primer vuelo de su vida.

Allí, Pacheco conoció a uno de sus mentores más preciados, el actor nominado al Oscar Ed Harris. Desde entonces, el veterano de Hollywood se ha convertido en una fuente inagotable de ánimo y consejos profesionales para el floreciente actor de teatro. La confianza de Harris en el talento de Pacheco es tal que le apadrinó para que asistiera a la escuela de interpretación Imagined Life para continuar su formación.

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“[Ed] pone tanta confianza en mí que no siento ninguna presión cuando hago estas cosas”, dijo. “Si alguien así cree en mí, no tengo más remedio que creer en mí mismo”.

Pacheco tuvo su primer contacto con el éxito tras conseguir un papel secundario en la serie de Netflix “On My Block”. Pero justo cuando empezaba a tomar impulso, la falta de oportunidades para actuar debido a la pandemia de COVID-19 le obligó a conseguir un trabajo repartiendo paquetes para Amazon.

“Fue una época de mucha humildad para mí de la que estoy muy agradecido porque ahora soy capaz de ver a través del velo de todo y no quedar atrapado por la dopamina de la fama”, dijo.

Fue durante uno de sus turnos en Amazon cuando Pacheco recibió el correo electrónico que le informaba de que había conseguido el papel protagónico en “A las puertas”. Aunque Bernstein no se propuso explícitamente contratar a un actor que se relacionara tan estrechamente con la difícil situación del protagonista de su guion, encontrar a Pacheco enriqueció la producción no sólo con sus dotes dramáticas sino también con su sinceridad.

El director, guionista y productor Augustus Bernstein
El director, guionista y productor Augustus Bernstein, a la derecha, y Ezequiel Pacheco en el plató de “A las puertas”. (Beacon Pictures)

“Su experiencia de vida era más que una parte de su personaje; acabó siendo el alma del proyecto”, dijo el director. “Su participación nos permitió hablar de las políticas estadounidenses con mayor profundidad y humanizó los retos a los que se enfrentan muchos niños en nuestro país”.

Pacheco interpreta a Nico con una admirable resolución interior. Mientras la familia blanca que le acoge a él y a su madre, Ana (la actriz Vanessa Benavente), exigen su gratitud, Nico cuestiona sus intenciones por ayudar y desafía la sumisión que se espera de él.

“Por eso era tan importante encontrar a un actor como Ezequiel, que rebosa una poderosa dignidad y exige más para su futuro”, señala Bernstein. “No está encasillado por las palabras de una página. En cualquier momento puede hacer algo salvaje y mágico”.

Además de la complejidad emocional del papel, Pacheco también disfrutó de la oportunidad de actuar en dos idiomas a través de un diálogo que se sintió más auténtico que en experiencias anteriores.

“La pasé muy bien hablando español en ‘A las puertas’ porque nada era estereotipado. No dejé el español por dejar el español como Hollywood nos obliga a hacer”, explicó Pacheco. “Pude hablar inglés de verdad y hablar español de verdad”.

Los padres y familiares de Pacheco estaban entre el público en una proyección reciente de “A las puertas” en Los Ángeles. Durante la sesión de preguntas y respuestas posterior a la película, el joven actor estaba visiblemente abrumado por la emoción.

“He visto sufrir mucho a mis padres, así que cuando les vi viendo mi película se me saltaron las lágrimas”, dijo. “Tengo tanta prisa por ayudar económicamente a mis padres y conseguirles una casa. Nunca he tenido una habitación para mí solo. Mi hermano y yo seguimos compartiendo habitación”.

A pesar de sus retos personales, Pacheco atraviesa cada nueva oportunidad con la inquebrantable convicción de que no se desvanecerá, sino que alcanzará un éxito duradero, no sólo para enorgullecer a sus padres e inspirar a otros como él, sino para dejar un legado.

“No me gusta tener límites mentales, porque uno es lo que piensa, y yo creo que voy a ser grande”, dijo Pacheco. “No hay nada malo en pensar así”.

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